El día 23 de Abril, San Jorge, patrón de Aragón, en la
localidad taurina de Luceni situada en la ribera alta del Ebro a 38Km de
Zaragoza, dio comienzo una tarde taurina en la que hizo acto de presencia la
afamada ganadería de Hns. Murillo Conde de Tauste, mas conocida como “Los
Madejas”
A las 17:30 sonó el cohete que anuncio la salida de las
reses, haciendo el recorrido por las calles de la localidad, para ser
encerradas en los corrales de la plaza.
Con buen tiempo, buen conjunto de reses y recortadores
venidos de poblaciones cercabas a Luceni, Teruel y Valencia, prometía una tarde
para el lucimiento y disfrute, de ver buenos recortes, quiebros y alimones y
eso fue lo que sucedió.
Comentar la presencia de algunos “ayudaos” (me refiero a
gente que para quebrar, recortar y rodar reses, abusan de acompañarse con
chaquetas) que siendo el recorrido de asfalto, con ganado bravo y noble, me
parece que esa prenda sobra.
Lo mas lógico es hacerlos a cuerpo limpio que es estético y
natural y esto es lo que diferencia a los buenos recortadores de los que no lo
son.
Empezó la sesión con la vaca 430 negra, que acudió a todo
que era citada, pero sin emplearse a fondo debido a que era veterana, sabiéndose
dosificar en su trabajo.
No le paso lo mismo a su hermana de camada que era mas noble
y repetidora, entrando a los cites y recortes con mucha fijeza y entrega, lo
cual la res acuso.
Si s ele hubiera cuidado más, dejándole recuperarse y
dándole su espacio, seguro que hubiera lucido más la res y los recortadores y
no se hubiera agotado tan pronto.
Pero salio a poner orden en el recinto un capón colorado con
esquilo numero 141, que puso a cada uno en su sitio, poco se le dio y eso que
fue pronto en sus arrancadas, acometió con mucha casta, rematando en las tablas
y haciéndose el amos del recinto, pidiendo en DNI a los recortadores que se
encontraban en el recinto, un buen capón.
Con el numero 10 de capa negra, bragao, meano, fue el capón
de mayor trapio y bonitas hechuras, con siete años a sus lomos impuso mucho
respeto, pero estaba el fondo del burel, que era otra cosa, muy noble y de
embestida postueña, lo que propicio el disfrute de los recortadores y de los
ayí presentes.
En general buena tarde de vacas. Buenos recortadores y lo
principal es que toso ocurrió sin percances.
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